sábado, 30 de diciembre de 2023

Prometedor 2024

 Pintor Federico Cantú 1907-1989

Buril
CYDT Collection.




La huida a Egipto es un episodio del Evangelio de Mateo (2, 13-15) cuya variada iconografía ha sido representada en el arte desde la antigüedad. Se pueden diferenciar tres motivos principales: la huida propiamente dicha, el descanso en la huida a Egipto y el retorno (mucho menos representado). Esta narración del Nuevo Testamento se suele interpretar como una identificación de la Sagrada Familia con la suerte de los desfavorecidos por la emigración y la represión política.
Cuando se marcharon, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: —Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre y huyó a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta: De Egipto llamé a mi hijo. Entonces, Herodes, al ver que los Magos le habían engañado, se irritó mucho y mandó matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca, de dos años para abajo, con arreglo al tiempo que cuidadosamente había averiguado de los Magos. Se cumplió entonces lo dicho por medio del profeta Jeremías:
Una voz se oyó en Ramá,
llanto y lamento grande:
es Raquel que llora por sus hijos,
y no admite consuelo,
porque ya no existen
El relato del Nuevo Testamento, muy breve y propio del Evangelio de Mateo, narra cómo un mensajero de Dios se aparece en sueños a José y le ordena que huya a Egipto junto con la Virgen María y el Niño Jesús, pues el rey Herodes lo estaba buscando para matarle (la matanza de los inocentes). José obedece; y al cabo de un tiempo indeterminado, muerto ya Herodes, se le ordena volver de un modo similar. El propio evangelista ve en el episodio un cumplimiento de una profecía del Antiguo Testamento: de Egipto llamé a mi hijo.



Adolfo Cantú

Colección de Arte Cantú Y de Teresa




CYDT 011 O-FC

Descanso en la Huida a Egipto 1929

Federico Cantú 1907-1989

 

 

Avisado San José en sueños por un ángel de la amenaza de Herodes, la Sagrada Familia se retiró para que pudiera cumplirse la profecía: «Yo llamé de Egipto a mi hijo» (Mt 2, 13-15). Este asunto iconográfico tuvo menos éxito que otros de la infancia de Cristo; y como las escenas del descanso en la huida o del regreso de Egipto —con el Niño ya algo crecido— ha servido de excusa a los artistas para recrearse en el paisaje, quedando a veces las figuras reducidas a dimensiones casi anecdóticas. No es éste el caso, pues la familia que parte al exilio es la verdadera protagonista. A pesar de la distancia cronológica, la pintura mantiene postula- dos de principios del siglo XVII y se ajusta las recomendaciones iconográficas de Francisco Pacheco sobre este tema en su Arte de la Pintura; no obstante, nos parece probable que el anónimo autor de esta pintura se inspirase para componerla en una estampa. 

 La presencia de una pintura muy parecida en colección particular en Santa Bárbara de los 20s Coincide la disposición de los protagonistas: Jose encabeza el grupo como guía señalando el camino a seguir, la Virgen con el Niño 

Y a manera de exvoto nuestro pintor recrea su propia sagrada familia a manera de donante 

Federico, Luz y Fede hijo en 1929 , pintura al temple pintada en el atelier de Los Ángeles California en la navidad de 1929, vendida despues de la exposición de Exposition Park LA en 1929-30 y recuperada por el artista en los 50s 




Federico y su obra sacra

La inclinación religiosa de Federico Cantú surge dentro de su obra a partir de su estancia en el Paris de los años 20, bocetos en cuadernos de trabajo llevados primeramente a trabajos de caballete pronto se convierten en obras murales que acompañaran la narrativa del artista durante toda su trayectoria , quizá como bien lo expresaba el propio Cantú , su pincel esta poseído por la mano de Dios quien constantemente lo guía como fueron guiados todos los maestros del Renacimiento Italiano

 

 Bo

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